AGORAFOBIA. ORIGEN, CONSECUENCIAS Y SOLUCIÓN

5/25/20257 min leer

AGORAFOBIA. ORIGEN, CONSECUENCIAS Y SOLUCIÓN

La agorafobia es un ataque de pánico ante la sensación de no poder escapar. Este miedo puede llevarte a evitar situaciones comunes, lo que te impide llevar una vida normal y puede afectar a tu trabajo, tus relaciones y tu calidad de vida. Según el INSM la agorafobia afecta al 1% de la población mundial, es decir, más de 100 millones de personas en todo el mundo, por eso la agorafobia es un tema tan importante y que debe ser tenido en cuenta.

En este artículo te ayudaremos a comprender mejor la agorafobia y te compartiremos las claves para llevarla mejor y conocer de dónde viene.

La agorafobia no es tanto el miedo a un espacio concreto sino la sensación que se experimenta ante esa situación. Las personas con agorafobia sienten un miedo atroz, pudiendo experimentar ataques de pánico y todos los síntomas que esto conlleva, (hiperventilación, sudoración, etc.) es una sensación de alta vulnerabilidad, tanto si te aterran los lugares abiertos, como cerrados, tu sensación es de falta de control y de extrema vulnerabilidad.

Pero lo más importante cuando vives con agorafobia es poder calmar tu sistema nervioso, porque la agorafobia es tan solo un miedo y los miedos no son reales, son emociones que provocan pensamientos irracionales, por ello la mejor estrategia es racionalizar lo que te pasa y eso lo puedes aplicar no solo a esto, sino a muchas situaciones de tu día a día.

¿Cómo se hace?

Ejercicio para la agorafobia

  1. Concéntrate en tu respiración, inspira y expira (intenta hacerlo de forma pausada y a tu ritmo para no alterarte más).

  2. Pasados unos minutos piensa en lo que sientes. ¿Cómo es esa sensación? Intenta describirla, si tienes fuerzas para coger un papel y escribirlo, sería muy beneficioso.

  3. Con esto consigues calmar tu sistema nervioso al poner en palabras o imágenes( algo más tangible) una emoción muy intensa y eso te permite reducir la carga emocional que tiene sobre ti.

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CAUSAS DE LA AGORAFOBIA

LA DIGITALIZACIÓN

La irrupción de la era digital ha transformado radicalmente la manera en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos. Contribuyendo a la aparición de problemas de salud mental como la agorafobia, el miedo a relacionarse y el aislamiento social. La comodidad y la aparente seguridad que ofrece el mundo virtual pueden, en algunos casos, convertirse en una trampa que dificulta la interacción en el mundo real y fomenta la evitación de espacios públicos y encuentros personales haciendo que muchas personas desarrollen un terrible miedo a salir de casa, relacionarse en persona y exponerse.

¿POR QUÉ SUCEDE ESTO?

Exponerse hace que las personas nos sintamos vulnerables. Esto conecta con nuestros miedos más profundos.

En un mundo tan exigente, con tantas expectativas y dónde las personas descargan sus emociones en atacar a otras personas, exponerse se vuelve algo peligroso y eso genera un miedo irracional que hace que cada vez nos aislemos más como sociedad propiciando la aparición de miedos(como la agorafobia), inseguridades y haciéndonos desarrollar una baja autoestima que nos dificulta cada vez más enfrentar nuevos retos y exponernos a la vida.

EXPERIENCIAS TRAUMÁTICAS

Los miedos que tenemos hoy en día, han tenido lugar en el pasado y son una carga invisible que arrastramos hasta el día de hoy. La agorafobia puede venir por haber presenciado o vivido una situación muy impactante.

  • Un accidente

  • Quedarse atrapado

  • La muerte de un familiar

Estas situaciones pueden hacerte desarrollar la creencia inconsciente de que "el mundo es un lugar peligroso" y eso puede generar un estado de hipervigilancia constante y una respuesta de ansiedad desproporcionada ante situaciones que, objetivamente, no representan una amenaza real. El cerebro, en un intento de protegernos de futuras experiencias dolorosas o peligrosas, asocia ciertos lugares o circunstancias con el trauma vivido. Esta asociación puede ser tan profunda e inconsciente que la simple idea de enfrentarse a un escenario similar desencadena una cascada de síntomas físicos y emocionales característicos de la agorafobia.

Por ejemplo, alguien que ha estado atrapado en un ascensor durante un largo período de tiempo puede desarrollar un miedo intenso a los espacios cerrados, incluso a habitaciones pequeñas o al transporte público. La sensación de falta de control y la angustia experimentada durante el encierro se graban en la memoria emocional, generando una respuesta de ansiedad anticipatoria cada vez que se enfrenta a una situación que recuerda, aunque sea vagamente, la experiencia traumática.

Es importante comprender que esta conexión entre la experiencia traumática y la agorafobia no siempre es lógica o consciente. El miedo puede manifestarse de formas inesperadas y aparentemente irracionales. Sin embargo, al explorar la historia personal y las posibles experiencias traumáticas, a menudo se puede encontrar la raíz de estos miedos, lo que facilita el camino hacia la comprensión y el tratamiento de la agorafobia.

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FACTORES BIOLÓGICOS

Tu personalidad, influida por factores genéticos pueden predisponerte a ser más susceptible de experimentar la agorafobia. Si eres una persona muy ansiosa, con dificultades para socializar o que te saturas fácilmente en situaciones dónde hay muchas personas es posible que esos condicionantes genéticos puedan afectar a que desarrolles agorafobia.

Además de la predisposición genética, otros factores biológicos pueden jugar un papel importante en la vulnerabilidad a la agorafobia. La reactividad del sistema nervioso autónomo, también es un factor a considerar. Las personas con una mayor reactividad pueden experimentar respuestas fisiológicas más intensas ante situaciones de estrés o ansiedad, lo que podría aumentar la probabilidad de desarrollar ataques de pánico y, posteriormente, agorafobia como una forma de evitar futuros episodios. Esta mayor sensibilidad biológica puede interactuar con factores ambientales y psicológicos, amplificando la respuesta de miedo ante estímulos que para otras personas serían neutros.

Es importante destacar que la predisposición biológica no determina inevitablemente el desarrollo de la agorafobia. Más bien, crea una mayor vulnerabilidad que, en combinación con otros factores como experiencias traumáticas, estrés significativo o patrones de pensamiento negativos, puede aumentar la probabilidad de que el trastorno se manifieste. Comprender estos factores biológicos puede ser crucial para abordar la agorafobia desde una perspectiva integral, considerando tanto los aspectos psicológicos como los fisiológicos en el diseño de estrategias de tratamiento efectivas.

SÍNTOMAS DE LA AGORAFOBIA

Los síntomas de la agorafobia más comunes implican:

  • Limitación de actividades

    Dificultad para ir al trabajo, a la escuela o participar en actividades sociales.

  • Aislamiento social

    Evitar el contacto con amigos y familiares.

  • Depresión

    La agorafobia puede llevar a sentimientos de tristeza, desesperanza y pérdida de interés en las actividades.

  • Abuso de sustancias

    Algunas personas con agorafobia pueden recurrir al alcohol, las drogas o el teléfono para intentar aliviar su ansiedad. Un mecanismo de defensa que les permite tolerar el malestar.

    Consulta el apartado adicciones aquí

  • Pensamientos suicidas

    En casos graves, la agorafobia puede aumentar el riesgo de pensamientos de suicidio.

  • Miedo a salir de casa solo

    Dificultad para realizar actividades cotidianas fuera de casa, lo cual te dificulta llevar una vida normal. Afecta a tus relaciones, haciendote desarrollar aislamiento social, a tu trabajo y a toda tu vida, condicionando tu dependencia de terceros.

  • Miedo a los espacios cerrados

    Ansiedad en lugares como cines, ascensores o tiendas pequeñas.

  • Ataques de pánico:

    Episodios repentinos de miedo intenso que pueden incluir síntomas físicos como taquicardia, dificultad para respirar, mareos, sudoración y temblores.

  • Dependencia de otros:

    Necesidad de estar acompañado por alguien de confianza para enfrentar situaciones temidas, lo cual puede exacerbar la codependencia y afectar a tu autoestima y caer en patrones de relaciones problemáticas al desarrollar dependencia emocional.

  • Síntomas físicos:

    Dolor torácico, náuseas, malestar estomacal.

  • Pensamientos distorsionados:

    Creer que las situaciones comunes son peligrosas.

  • Miedo a las multitudes o a esperar en una fila:

    Dificultad para estar en lugares concurridos

¿Cómo se cura la agorafobia?

Al igual que todas las afecciones en materia de salud mental, no hay una "cura" pero lo que sí podemos hacer es ayudarte a reducir sus síntomas. Además del ejercicio que propusimos al inicio del artículo, la mejor forma de tratar la agorafobia es con una combinación de:

  • Psicoterapia: La agorafobia proviene del miedo. El terapia podemos ayudarte a identificar esos pensamientos y esa sensación extrema de pánico y falta de control y ayudarte a reconducirlos para que su impacto sea menor basándonos en la toma de conciencia y ejercicios prácticos que ayuden a tu mente a encontrar nuevas formas de gestionar el miedo y la incertidumbre para reducir la agorafobia. Uno de las mejores técnicas que utilizamos en terapia, es la terapia de exposición, la cual ayuda a mejorar los síntomas al promover una exposición controlada a los estímulos en un espacio seguro, de esta forma se consigue ir introduciendo cambios en tu vida para mejorar tu calidad de vida y el impacto de la agorafobia.

  • Medicamentos: Los antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) o los inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina (IRSN), pueden ayudar a controlar los síntomas de ansiedad y pánico. Los ansiolíticos también pueden ser útiles, pero generalmente se usan a corto plazo debido al riesgo de dependencia, pero ningún fármaco solucionará el problema, tan solo son parches para ocultar el malestar temporalmente y se deben usar solo si se está haciendo un trabajo paralelo como lo es la psicoterapia. La medicación debe ir de la mano con la terapia.

Con un tratamiento adecuado, la mayoría de las personas con agorafobia pueden mejorar significativamente su calidad de vida y superar sus miedos para tener una vida plena que puedan disfrutar.

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